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Los perros son animales conscientes y poseen consciencia.

¿Cuál es la nueva "fórmula" para mejorar nuestra relación con los perros?: Respeto y Empatía.

Para comprender el alcance de los recientes estudios neurocientíficos sobre la conciencia y la consciencia en los seres vivos, es necesario conocer el significado exacto de estos vocablos.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, el término “conciencia” se aplica a lo ético, a los juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones; pues, es la actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto, un acto psíquico por el que un individuo se percibe a sí mismo en el mundo.

Por otra parte, la palabra “consciencia” se refiere generalmente al conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones, donde él mismo juzga sobre esa visión y reconocimiento.

En cambio, el adjetivo “consciente” o “ser consciente” alude a que el sujeto siente, piensa, quiere y obra con conocimiento de lo que hace.


Desde que el hombre se autoproclamó como un ser civilizado, ha pretendido marcar una línea gruesa para diferenciarse de los demás seres vivos. Por un lado, colocó la etiqueta de animal “racional” a los seres humanos, aludiendo a lo razonable, justo y lógico de sus pensamientos, actos, … y comportamientos; y por otra parte, empleó el término “irracional” a los demás animales para referirse a lo bruto, bestia e irreflexivo de sus conductas. Quedaban entonces señaladas las divergencias existentes entre cerebro, sentimientos y comportamientos de unos y otros. En los últimos años, prestigiosos neurocientíficos han descubierto que existen diferencias pero también muchas semejanzas.


El Neurólogo portugués, actualmente profesor de Neurología en los EEUU, Antonio Damasio, es uno de los científicos más reconocidos mundialmente por su aportación esencial para el conocimiento de los mecanismos que rigen el funcionamiento del cerebro. Sus estudios han revelado qué áreas cerebrales influyen decisivamente sobre la conducta humana. Sus contribuciones han tenido gran influencia en la comprensión de las bases neuronales que influyen sobre la toma de decisiones, las emociones, el lenguaje, la memoria, y las conductas; siendo galardonado por todo ello, con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, en el año 2005.

En su último libro “Self comes to Mind”, en castellano publicado como “Y el cerebro creó al hombre”, Antonio Damasio explora los mecanismos de la consciencia en el ser humano y en los demás seres vivos. Para él, la conciencia no es una particularidad exclusiva del ser humano.

Damasio afirma que todos los seres vivos (mamíferos, aves, …) que sean capaces de crear un mínimo de su “yo” en su cerebro, pueden tener, aunque sea, un principio de conciencia. Todos la desarrollamos pero en distintos grados. Y, gracias a ella, podemos analizar la conducta de los demás, reflexionar sobre una situación concreta, etc. que nos lleve a entender la vida y poder sobrevivir, en un intento de adaptación óptima, al medioambiente (teniendo en cuenta tanto los factores bióticos, como los abióticos) en el que vivimos.


Esta idea también la podemos desarrollar dentro del mundo animal; donde el individuo mantiene un diálogo continuo con el medio ambiente y sus congéneres, adquiriendo información y modificando su conducta para poder adaptarse a determinadas situaciones que le tocan vivir, y en las que debe hacer uso de su experiencia y aprendizaje individual, adquirido a lo largo de su vida (ontogenia), para sortearlas con éxito. Si en ese intento de habituación, el individuo es capaz de seleccionar y probar la mejor reacción de entre todo su repertorio de respuestas (heredadas genéticamente o adquiridas por medio de su experiencia y aprendizaje), significa que poseen un cierto nivel de conciencia, donde se están desarrollando al unísono dos procesos complementarios: de una parte, el proceso de asimilación (donde entran en juego la subjetividad y la interpretación-percepción del individuo que actúa o reacciona en función de su experiencia previa); y de otra parte, el proceso de acomodación de la conducta como respuesta “idónea” a dicha situación, donde el individuo debe ser realista con el momento al que se está enfrentando.


No sólo importa lo que el individuo percibe de esa situación en base a su experiencia, sino lo que está sintiendo en el preciso momento de conocerlo. Estos sentimientos o emociones son los motivadores para que el individuo actúe teniendo un pensamiento consciente de sí mismo, de sus actos, alternativas y posibles desenlaces. Pues de ello, depende su eficacia biológica (supervivencia y evolución). Las emociones son un sistema de guía para el organismo; juegan un papel importantísimo en la cognición social y en la toma de decisiones, pues son fundamentales para sobrevivir. La conciencia animal tiene que ver con la ventaja de adaptación que estas experiencias conscientes dan a los individuos.


Antonio Damasio explica que la conciencia es un proceso biológico que se crea mediante un sistema complejo en el que están muy implicados el tronco encefálico y la corteza cerebral, sin olvidar que el cerebro reacciona constantemente con el resto del cuerpo. En este sentido, sabemos que el cerebro del individuo está en constante interacción con el entorno externo (medioambiente) e interno de su cuerpo (organismo); que procesa información de los sucesos producidos en el ambiente externo y lo que pasa en el ambiente interno; y, que basándose en dicha información es cuando el individuo ejecuta conductas y ajusta el funcionamiento fisiológico interno como respuesta a los cambios externos para compensar los cambios que se producen.


En este sentido, Stephen Hawking, y otros prestigiosos científicos de todo el mundo, como el neurocientífico Christof Koch (ganador junto a James Watson del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1962 por su descubrimiento de la estructura del ADN), y el neurocientífico Philip Low (investigador de la Universidad de Stanford, EE.UU.), afirmaron en la “Declaración de Cambridge de la Conciencia”, celebrada el 7 de Julio de 2012, que los animales no humanos (mamíferos, pájaros, y otras criaturas, incluidos los pulpos) poseen, al igual que los seres humanos, sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de los estados de conciencia, junto con la capacidad de exhibir comportamientos intencionales. Básicamente, las áreas cerebrales que nos distinguen de otros animales, como el córtex cerebral, no son los que producen la conciencia; lo son determinadas estructuras nerviosas que compartimos con todos los mamíferos, todas las aves y criaturas como el pulpo. De ahí, que hayan llegado a la conclusión de que los animales también son conscientes, y que por lo tanto, sufren. La capacidad de sentir miedo, dolor y placer en los seres humanos es muy similar en los mamíferos, pues en ambos casos se activan estructuras similares en su cerebro. Los animales son conscientes de que sufren malos tratos física y mentalmente.


La comunicación entre los individuos también es un indicio de que poseen pensamientos conscientes y sentimientos. Como todo proceso comunicativo, el acto de comunicar precisa al menos de dos o más individuos que se relacionen (emisor y receptor) a través de un intercambio de mensajes con códigos similares. En dicho proceso, los individuos tratan de comprenderse e influirse, intercambiando informaciones y relacionándose entre sí.


Las relaciones sociales que los individuos sostienen entre sí dentro de una misma especie es uno de los factores bióticos intraespecíficos que determinan la conducta de los individuos, su evolución y adaptación a su entorno. Es obvio, que al igual que sucede dentro de los grupos sociales humanos, los animales que los componen llegan a entender cuál es su identidad individual, su categoría social y su relación con sus compañeros de grupo. Se trata, pues de una conciencia social atribuida al pensamiento consciente del individuo.


¿Es probable que, a raíz de estos hallazgos, los seres humanos modifiquemos nuestros comportamientos con los demás seres vivos? ¿Cuál es el impacto psicológico que tienen los animales cuando viven determinadas experiencias con nosotros?



Bibliografía:

  • Damasio, A. (2010). El cerebro creo al hombre. Editorial Planeta.

  • Damasio, A. (2005). En busca de Spinoza: neurobiología de la emoción y los sentimientos. Editorial Crítica.

  • Griffin, D.R. (2000). “Scientific Approaches to Animal Consciousness”. American Zoologist, 4, 889-892.

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